220. El Castillo, defensor del viejo Monterey

El sitio de El Castillo, un fuerte construido de adobe y piedra en 1792, se encuentra ubicado en una colina que domina la Bahía de Monterey. A la fecha ya no quedan restos visibles de la fortificación. El Castillo se originó como un rudimentario recinto de troncos y tierra. Dentro de sus paredes en forma de ‘V’ se encontraba un pasillo de piedra que conectaba a las barracas de los soldados, un polvorín y una plataforma de ladrillos con once cañones montados (cada uno de ellos llevaba el nombre de un santo). En 1815, Peter Corney se detuvo en Monterey para espiar las defensas militares; dicha información resultó muy valiosa para el revolucionario argentino Hipólito de Bouchard, quien planeaba atacar Monterey. Entonces, en 1817, el Gobernador Sola, enterado del inminente ataque del Capitán Bouchard, reforzó el fuerte con mampostería. En 1818 la apabullante fuerza armada de 400 hombres de Bouchard llevó al Gobernador a abandonar Monterey y su foltaleza de artillería, a la cual Bouchard intentó incendiar. Luego de la incursión de Bouchard el fuerte fue reparado y mejorado. Sólo cinco años más tarde, México declaraba su liberación de España y asumía el control de la Alta California y su capital en Monterey. En 1842, el Comodoro norteamericano Thomas Catesby Jones erróneamente creyó que se había desatado la guerra entre Estados Unidos y México. El Comodoro, que estaba a cargo del Escuadrón del Pacífico, tenía órdenes permanentes de tomar la capital de California en la eventualidad de dicha guerra. Jones apresuró su escuadrón de Perú a Monterey, en donde su personal desembarcó y osadamente atacó El Castillo con sus nueve cañones guarnecidos, los cuales fueron ineficaces ya que carecían de municiones suficientes. Los norteamericanos victoriosos marcharon por Monterey con una banda que entonaba canciones patrióticas e izaron la bandera estadounidense. Cuando el residente de Monterey, Thomas Larkin, el norteamericano más prominente de California, finalmente lo convenció de que no había guerra con Estados Unidos, Jones se disculpó. Se intercambiaron formalidades, se celebraron ceremonias y el Comodoro Jones zarpó silenciosamente avergonzado. Cuatro años más tarde los Estados Unidos declararía en efecto la guerra a México, pero para entonces El Castillo había sido abandonado por completo y no representaba ninguna amenaza para los norteamericanos que enarbolaron la bandera sobre el Edificio de Aduana (Custom House) de Monterey en 1846.